ALGUNAS REFLEXIONES GENERALES Aunque en el apartado V de esta misma pestaña adelantábamos un comentario sobre la situación inconclusa y las dificultades para formalizar un inventario general de todo el conjunto de piezas de las diferentes etapas de la casa Paluzie en el campo de los recortables tanto, de temática militar como civil, si podríamos atrevernos a trazar un esquema provisional que pueda servir a los coleccionistas como inicial mapa de referencia a la espera, de contar con una información más completa y verificada. En esta primera aproximación al asunto nos ceñiremos exclusivamente a los pliegos de soldados, escenas de batallas o acontecimientos y personajes histórico/militares. Comenzaremos por un breve comentario metodológico sobre los ejes o mecanismos sobre los que el coleccionista puede trabajar para obtener información sobre estos pliegos que posiblemente también sea extensible para todo el territorio del coleccionismo de recortables. A).- El eje museístico A estas alturas de nuestra práctica coleccionadora pensamos que la aproximación a la obtención de un listado mínimamente realista y veráz no se podrá obtener sino a través de la utilización cruzada de estas cuatro fuentes y recorridos de investigación. Nosotros hemos utilizado en ocasiones solamente algunas de ellas y nos hemos equivocado ostensiblemente. Por otra parte, no hay que olvidar que los recortables no dejan de ser creaciones artísticas que se mueven en general pegadas a un contexto sociocultural e histórico que puede servir de marco contextual que ayude al anclaje temporal de la pieza. En el caso de Paluzie, la inexistencia absoluta de soldados de los ejércitos europeos con casco de acero, algo nos puede decir con arreglo a la datación correcta de los últimos pliegos dibujados e impresos por la firma, dado que no será hasta finales de 1915 o principios de 1916 cuando son mayoritariamente utilizados – con la excepción de los rusos – por los ejércitos enfrentados en la WWI. En relación con las tropas españolas hay referencias a la boina del reglamento de uniformidad de 1927, pero no con respecto al casco de acero – el modelo Trubia – que no será reglamentario hasta 1931-1932. Abundando en el tema, nunca podremos considerar determinados pliegos como por ejemplo, el nº 225 del catálogo de 1915 titulado “S.M.el Rey y su Estado Mayor” como idénticamente igual a otras hojas con la misma numeración y denominación en catálogos de 1879, 1884 o 1901, por la sencilla razón, que este pliego contiene una figura que representa nítidamente el rostro de Alfonso XIII que como todo el mundo sabe, fue coronado en mayo de 1902. Por razones parecidas dudamos que esta plancha con la denominación genérica “Rey y Estado Mayor” pudo estar contenida en los catálogos de 1874 y a lo sumo en el de 1879 y siempre, referida a Alfonso XII e impresa, nunca antes de 1875. Igualmente el pliego nº 12 Galería de Soberanos que incluye la figura de Pío X, tampoco podrá tener una impresión anterior a 1903, año en que sería elegido Papa. Esta utilización de la figura de algunos personajes históricos suele ser un buen indicador para fijar la primera impresión de las tiradas e incluso para diferenciar las diferentes etapas de la editorial. Siguiendo con los Papas nos encontramos con que en la serie que lleva la rotulación Barcelona Lit de Paluzie Diputación 421 ese mismo número 12 de la “Galería de Soberanos”, presentará la imagen de León XIII en lugar de la de Pío X. Con lo cual, la impresión de estos primeros pliegos con coloreado litográfico no podrá ser anterior a 1878 que es precisamente el año de su proclamación como Papa y que curiosamente coincide con la fecha en que Faustino Paluzie compraría e instalaría una máquina de coloreado litográfico sustituyendo al tradicional coloreado a la “trepa.” ya fuese totalmente a mano o mediante una elemental mecanización anterior al coloreado estrictamente litografiado.
Siguiendo con estas representaciones de personajes emblemáticos en uno de los primeros pliegos de la Lit Paluzie coloreados a mano – el nº 11- aparece la imagen del Rey D. Amadeo I necesariamente impresa con anterioridad a febrero de 1873 que reforzaría nuestra opinión sobre la datación inicial de los pliegos de soldados de Paluzie, que habríamos situado en la mediana del Sexenio.
Otros indicadores pueden descansar sobre las características de los uniformes y del armamento como por ejemplo, el modelo de fusil que, aunque dentro del limitado realismo de los pliegos de Paluzie – a diferencia de los alemanes o franceses – se puede distinguir por algo tan simple como la bayoneta según sea ésta de tubo a modo de pincho largo y de varios filos o de modelo cuchillo/machete como la del fusil Mauser. El modelo pincho o tubo, se corresponde, entre otros, con el fusil Remington (1) reglamentario en el ejército español desde 1871 hasta 1893 en que será progresivamente sustituido por el Mauser con una bayoneta característica tipo cuchillo. En esta línea son varias las láminas de Paluzie que llevando la rotulación de Hijos de Paluzie y por lo tanto en principio impresas a partir de 1901-1902, contienen imágenes de soldados que llevan fusiles Remington con bayoneta de tubo. Aparte el hecho de que difícilmente la sustitución del armamento se realizase totalmente en uno o dos años; más o menos desde antes de la Guerra de Cuba la totalidad del ejército español incluída la Guardia Civil y los Carabineros tuvo como fusil reglamentario(2) para la infantería el Mauser modelo 93. Esta constatación nos puede llevar a considerar que en muchos de los catálogos de Paluzie se incluían pliegos cuyas tiradas eran anteriores – o posteriores – y únicamente se modificaba la rotulación de referencia. En este caso, cambiando Diputación 421 por Hijos de Paluzie. Otras veces como en el caso del pliego de “Diputación” nº 101 aparece una bayoneta tipo machete/corto que nos apuntaría una data de impresión situable a partir de 1893 o 1895. De cualquier manera la semiología del recortable de Paluzie puede presentar una casuística casi infinita que a medida que avanzamos en nuestras investigaciones nos proporciona continuas sorpresas como por ejemplo, la inclusión de pliegos referentes al Cuerpo de Alabarderos en las primeras numeraciones de planchas – 20, 40 y 42 – que sería sustituido por la Guardia de Amadeo I en 1872 y definitivamente disuelto en 1873 para ser reconstituida en 1875 como Guardia Real alfonsina. Con lo cual, nos estarían indicando que se dejan numeraciones sin cubrir hasta 1875 – 76, o lo que puede ser más interesante, que se imprimieron pliegos con la Guardia de Amadeo I y posteriormente se sustituyeron por los alabarderos borbónicos. En cuanto a la numeración también se darían diversas irregularidades y solapamientos que hicieron que un mismo pliego tuviese un número de orden diferente y que con la misma numeración y firma editorial, nos aparezcan contenidos absolutamente distintos, como ocurre con unas láminas de Artillería de Montaña -141 y 768 – o con el pliego nº 39 de la primera etapa de la firma. Es más, con la firma Hijos de Paluzie hemos encontrado dos pliegos de la citada Artillería de Montaña nº 141, en donde uno es igual a los de “Diputación” y otro totalmente diferente. En este sentido, el guiarnos solamente por las numeraciones de los catálogos sin tener las láminas delante de nuestros ojos nos puede conducir a sonados errores de inventario y datación. La mayoría de estos inconvenientes se podrían resolver contando con referencias museísticas razonablemente numerosas y correctamente inventariadas. Sin embargo, esto es algo hoy por hoy, completamente imposible en España.
Las únicas referencias mínimamente aceptables – y algunas muy desorganizadas – de pliegos de Paluzie se encuentran en la actualidad en el Museo del Traje de Madrid perteneciente a la red museística estatal; el Arxiu Històric de la Ciutat dependiente del Ayuntamiento de Barcelona y el Arxiu Amades (3) que cuelga del Departamento de Cultura de la Generalitat. Posiblemente haya también algún fondo de fulls de rengle y pliegos de soldados en el Museo Frederic Marés (4) pero no lo tenemos totalmente claro(5). De estos fondos documentales el más importante es el que corresponde al Arxiu Històric del Ayuntamiento de Barcelona que aún está por investigar a fondo y que consta de un contenido documental aceptable, formado en principio por 18 carpetas de fulls de rengle y pliegos de soldados entre los que se encuentran, más de una centena de láminas de Paluzie.
Con relación a las referencias documentales de la propia firma Paluzie solamente nos han quedado los catálogos y algunos datos transmitidos oralmente a los que habría que añadir unos pocos documentos y estudios monográficos más un fondo documental interesante, celosa y cariñosamente custodiado y salvado de su desparrame mercantilista por un descendiente de la saga familiar D. Luis Paluzie i Mir, de cuya desinteresada y amable información se nutren muchos de nuestros conocimientos sobre el tema. De entre los catálogos, el más asequible es el de 1915 correspondiente a la etapa Hijos de Paluzie que ha sido reproducido por nosotros en el libro “El recortable militar español” y que a su vez, fue también utilizado como elemento informativo/publicitario por el librero barcelonés Fernando Selvaggio desde la década de 1980.
A partir de nuestros datos se editaron catálogos en 1867, 1874, 1879, 1880, 1882, 1884, 1886, 1892, 1901, 1905, 1915 y 1920. Del primero, en el caso improbable que contuviese pliegos de soldados vendrían presumiblemente rotulados como Lit de Esteban Paluzie. Los demás catálogos – del de 1874 a 1901 – serían firmados con la rúbrica en la que se hace referencia a Diputación 421, y desde el de 1905 hasta el de 1920 como Litografía de Hijos de Paluzie. Parece, o simplemente, nosotros no tenemos información al respecto, que durante el periodo de la Estampería Económica Paluzie desde 1926 hasta los años 40, no existe catálogo alguno en el que se reflejen las tiradas de recortables y con toda seguridad – aunque desconozcamos le fecha – las únicas láminas editadas por Elzeviriana/Camí – aparte las relativas a la nueva uniformidad de 1927 – fueron las encabezadas con las letras A, B . C y D., en formato de 27×35,5cm. Además habrá que tener en cuenta que durante el periodo de casi 25 años de gerencia de la casa por los “Hijos de Paluzie” se producirían dos periodos en que se modifica la cabecera de las rotulaciones de las láminas por modificaciones en la composición de la propiedad de la sociedad. El primero en 1913, con la inclusión de la denominación“Lit de Hijos de Paluzie S en C” que duraría alrededor de un año, y a partir de 1922 “Lit de Hijo de Paluzie S en C”. Nuestra impresión es la de que estos cambios, no determinaron una modificación total de las rotulaciones de los pliegos con la denominación genérica básica de Hijos de Paluzie sino solamente en algunas láminas. En cuanto a los estudios y escritos especializados poca cosa hay. Probablemente el estudio más completo existente en la actualidad sea el de Joana Mª Torres i Ramos titulado L’Estamperia Econòmica Paluzie i llurs retallables (Barcelona 1989) y desgraciadamente no publicado aunque, seguramente, se pueda acceder al mismo por intermediación del Departamento de Cultura dela Generalitat de Catalunya. Este estudio, aún constituyendo un trabajo enormemente meritorio y profesional, tendría el inconveniente de haber sido exclusivamente realizado desde la documentación proporcionada por los diversos catálogos de la firma, sin que posiblemente, esta investigadora haya manipulado personalmente una cantidad significativa de pliegos de Paluzie. Otro estudioso y a su vez, gran coleccionista de recortables Francesc d’Assís López Sala buen conocedor de la casa Paluzie y del mundo del recortable, publicaría en el 2005 un magnífico trabajo (7) sobre los pliegos de teatro españoles en el que dedica un amplio y documentado espacio a los editados por Paluzie. Lástima que no lo haya ampliado al campo de los soldados. En último lugar nuestro libro El recortable militar español, que, aunque puede tener algún mérito como obra pionera sobre el tema, contiene en su edición de 1982 numerosos errores sobre la datación y características de los pliegos de Paluzie. Se intentó una cierta corrección en la nueva edición del 2008 pero sin que todavía estemos satisfechos de los resultados obtenidos en la medida en que, nos quedan muchas preguntas y dudas sin contestar, aclarar o documentar fehacientemente. Dudas y preguntas quizá demasiado numerosas y de las que por ahora adelantaríamos las siguientes: 1ª En la época de la gerencia de la firma por Don Esteban Paluzie ¿Se llegó a imprimir realmente algún pliego de soldados o por el contrario, ésta fue una tarea iniciada exclusivamente por su sucesor Faustino Paluzie? 2ª ¿Alguna vez se utilizó el estampado xilográfico en los pliegos de soldados? ¿Se utilizó alguna vez la estereotipia o la zincografía? 3ª ¿Hasta qué época se pudo solapar el coloreado a la trepa con el litográfico? 4ª ¿Qué ocurrió durante los años de la Guerra con la Empresa Elzeviriana /Camí para no sumarse al esfuerzo de guerra republicano y editar pliegos con soldados del Ejercito Popular? 5ª ¿Quiénes fueron los principales dibujantes y grabadores que trabajaron para los Paluzie en las diferentes etapas de la firma? Y por último, apuntar que el conocimiento de una determinada marca, editorial o temática de este peculiar mundo del recortable no se acaba con el inventario y datación de sus láminas o con el relato de noticias, eventos y anécdotas relativas a su proceso de impresión y a sus autores. Aunque se trate de una región menor de la imaginería popular y verse sobre un territorio iconográfico tan menospreciado y criticado como el militar, puede contener enseñanzas interesantes sobre los procesos de aculturación de la juventud en tiempos pasados y, especialmente, sobre la construcción y rastreo iconosemántico de lo político/militar en los imaginarios populares. La obra iconográfica de los Paluzie en lo que respecta a lo militar debe ser principalmente encuadrada en el marco sociopolítico de la Restauración a diferencia de otras imaginerías catalanas como Llorens, Abadal y Bosch -o Marés y Minuesa en Madrid – que se encuadrarían en momentos históricos anteriores a estos años tan paradigmáticos de nuestra historia, a caballo entre dos ilusiones republicanas, ambas abortadas militarmente. En el contexto histórico de aquellos estamperos anteriores – algunos semicoetáneos – a Paluzie, parece que estuvieron más presentes acontecimientos histórico/militares relacionables con la campaña africana de 1859-60 e incluso con los rescoldos, de la segunda Guerra Carlista o guerra de los Matiners que como se sabe tendría su escenario casi único en Cataluña (1846-1849). Acontecimientos a los que habría que añadir los primeros años de la última Guerra Carlista (1872-1876) y de la primera guerra colonial en Cuba (1868-1878). Desde las referencias extrajeras la Guerra de Crimea y la Guerra Franco Prusiana estuvieron también presentes en Bosch, Llorens y Abadal. En todos estos pliegos de temática soldadesca, quizá con más relevancia en los catalanes – especialmente Llorens – están reflejadas batallas, soldados en posiciones de combate, tropas carlistas y liberales…en definitiva, se respira una atmósfera bélica totalmente inexistente en las láminas de Paluzie hasta que en torno a 1912 (8) con motivo de la Guerra del Rif, Hijos de Paluzie y luego Elzeviriana, imprimen su serie de planchas referidas al conflicto con manifiestas escenas de combate – alguna dibujada por Opisso- entre soldados españoles y rebeldes marroquíes. Si consideramos que los primeros pliegos de soldados firmados por Lit Paluzie de Diputación 421, están datados alrededor de 1872-73; estos tuvieron que moverse en una atmósfera político/militar no exenta de conflictividad en la medida en que estarían presentes los ecos de nuevos acontecimientos bélicos que desgraciadamente acompañaron al pacífico nacimiento de la Gloriosa como fueron la insurrección cubana y el posterior comienzo del último conflicto carlista, a lo que habría que añadir además, el clima de levantamientos y revueltas posteriores a la proclamación de la República de febrero (9) Pues bien, los pliegos de Paluzie pasan de largo en principio (10) por este panorama más o menos conflictivo. No se imprime ninguno que haga referencia explícita al contingente enviado a Cuba, a las operaciones contra los insurgentes carlistas, a las propias tropas carlistas o incluso a unidades como la Milicia Nacional (11) . Nada, absolutamente nada que se pudiese apartar de una lectura idealizada o partidista de lo militar. Todas sus imágenes están de alguna manera connotando un clima militar que podríamos denominar como de “parada”(12) Negación absoluta del conflicto – el que fuese, bélico o de clase – tal como se desprendería del posterior discurso/trampa canovista sobre el manejo político de este periodo histórico
más, estos pliegos de Faustino Paluzie parecen que se mueven en una especie de limbo histórico desde el que es muy difícil ubicar unidades, acontecimientos y uniformes. Forzando quizá el análisis nos resulta interesante el predominio de hojas dedicadas a la Guardia Civil; más que a cualquier otra unidad de ejército español y, que para nosotros, se podría interpretar como un indicador de ese mensaje de “paz y orden” con el que la burguesía fabril catalana se suma a la política de la Restauración proyectándola, sobre niños y jóvenes – entre otros soportes – a través de una herramienta de socialización y aculturación tan peculiar y en principio tan“inocente,”como era el recortable de soldados. En cierta medida nos podría recordar el clima político inaugural de la III República Francesa después del trauma de la Comuna y la derrota de 1871 ante Prusia o el de la Alemania unificada de Bismarck unos años más tarde, con los réditos obtenidos en lo militar, lo social y lo cultural (13) Panorama que en nuestro mundo del recortable de soldados dará lugar a la potenciación de editoriales como Pellerin (Epinal) en Francia, Schreiber (Esslingen) o Scholz (Mainz) en Alemania, y Stockinger & Morsack (Viena) en Austria. De la misma y, a la vez, diferente manera, la sociedad barcelonesa vuelve a redescubrir lo militar de la mano de Paluzie y los soldaditos de papel, como lo habrían hecho los catalanes de finales del XVIII con la Guerra del Rosellón o posteriormente la“del Francés”, por medio del fulls de rengle xilografiado. Las diferencias residirán en que en el primer caso, esa identificación soldadesca apuntaría a tensionamientos y afirmaciones identitarias de potente calado regionalista y local para tomar en el segundo, claras connotaciones de integración y unidad desde una perspectiva nacional/española. Todo ello además, desde un clima de enmascaramiento del conflicto social, articulable otra vez más, con el discurso de tranquilizaciones formales de la Restauración. No obstante, los Paluzie no se olvidarán nunca de que el primer mercado de la firma se inscribe en un escenario barcelonés y catalán…pero siempre, equilibrado con lo español. De tal manera, que no solamente estarán presentes potentes elementos de afirmación de lo catalán y de lo barcelonés con sus láminas de clara inspiración local que van desde la reproducción de edificios emblemáticos como el Palau de la Genèralitat y los componentes de cuerpos e instituciones de seguridad territoriales como Mossos, Guardia Urbana, Serenos y Bomberos sino, que además, lo combina y mezcla con la inclusión de imágenes y figuras netamente “españolistas” como la Puerta del Sol, multitud de pliegos dedicados a la Guardia Civil y Carabineros, Alabarderos, Guardia Real mas unidades de fuerte tradición borbónica como los Húsares, más cerca de 20 pliegos conteniendo lo más florido del imaginario militar español desde la Guardia Vieja de Castilla hasta los Dragones de Lusitania o la Guardia Valona de patentes reminiscencias felipistas. En definitiva, todo un elenco representativo de parte de la potente estrategia de unificación “imaginario/cultural” de la sociedad española pretendida por los ideólogos de la Restauración y, a la que la casa editorial Paluzie, sirvió con entrega y seguramente con honestidad profesional heredada del mensaje y la trayectoria liberal del fundador Don Esteban Paluzie con su pedagogía del equilibrio y la mesura pequeño-burguesa, a través de sus libritos de urbanidad, escritura y lectura, sus láminas y mapas escolares, llegando hasta las hojas de teatro y los humildes recortables de sus sucesores. Si con los fulls de rengle de Ignasi Estivill o Pere Simó, se expresa una conciencia de identificación con cuerpos y unidades armadas netamente catalanas a modo de sensibilidad centrípeta y localista de lo militar, con Paluzie, el pliego de soldados se convierte en una ambiciosa y voluntarista proyección vehicular de los ejércitos españoles como parte de una pedagogía global/nacional de aculturación, a todas luces interesada, pero a la vez, compensada por su ingenuismo y belleza estética que además, pudo servir para proporcionar intensos y placenteros momentos de juego y entretenimiento a casi dos generaciones de niños españoles.
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(1).Modelo no obstante que, aunque en menor proporción, parece que se compartió con otras marcas de fusiles como el “Peabody” y el Winchester” o incluso con el “Chassepot” Sobre este último aspecto tenemos un pliego de “Paluzie Diputación” representado una unidad de “Cazadores” con un fusil o tercerola, en el que se advierte perfectamente el cerrojo de la recámara que como se sabe es un mecanismo inexistente en los otros fusiles mencionados – excepto el Chassepot – y que de cualquier manera no admitieron nunca la bayoneta tipo machete. (2).Más la tercerola Mauser mod. 95 para la caballería (3).Cuyo catalogador es Francesc D’Asis López Sala, persona muy accesible y uno de los mejores expertos españoles en el campo del recortable. (4).Lo que si existe en este museo es una interesante colección de pliegos de teatros de papel de Paluzie y de otros imagineros europeos (5).Últimamente hemos manejado la edición de una documentada obra sobre los fondos del Arxiu Amades, “Els Tresors de Joan Amades”publicado por el Departement de Cultura i Mitjans de Comunicació de la Generalitàt que aunque enormemente interesante y completo en relación a la imaginería popular catalana en sus vertiente civil y religiosa presenta muy poca información sobre fulls de rengle y pliegos de soldados. En lo que respecta a la firma Paluzie únicamente se hace referencia a un pliego: el nº 51 de Lit Hijos de Paluzie (Ingenieros en traje de gala) (6)En nuestra colección únicamente contamos con 6 ó 7 pliegos con esta rotulación (7).Francesc d’Assís L Sala: Primera aproximació a la història dels teatres de paper a Catalunya, Quaderns del Museu Frederic Marès, Barcelona 2005. (8).Y antes con los dos pliegos dedicados a la guerra de los Boers reflejado en el catálogo de 1915 y probablemente ya en el de 1905. (9).El movimiento de los independentistas catalanes por la proclamación del Estado Catalán en marzo de 1873 La revuelta cantonalista de Cartagena en julio de 1873 (10).Y como siempre, alguna excepción como un pliego de la primera época de la firma, concretamente el nº 132, que coloreado a mano situaría una flamante bandera roja en el mismo. Dicha bandera enarbolada por primera vez por los revolucionaros de la Comuna parisina en 1871 sería también la de algunos ciudades o cantones federales durante la Iª República y especialmente Cartagena. Esta bandera desaparece totalmente en posteriores tiradas de “Paluzie Diputación” constituyendo aparte de un valiosísimo documento histórico otro indicador más para la datación de determinadas láminas. (11).Milicia liberal/progresista por excelencia y fuertemente vinculada a la tradición familiar de los Paluzie (12).Clima que se rompe con la Guerra del Rif a partir de 1912 siendo reflejados en los cambios formales de los pliegos de Hijos de Paluzie con soldados españoles y rebeldes rifeños combatiendo. (13).Victoria militar en Francia, domesticación de los católicos y arrinconamiento en Alemania del movimiento obrero con las Leyes Sociales de 1883. |
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© Rafael de Francisco
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